miércoles, julio 23, 2008

Que no, que no quiero acompañarte a cenar

Te extraño cuando llega la noche / pero te odio de día. Ayer el radio hablaba de los tipos de enamoramiento o de las patologías de los enamorados o algo así. Una de ellas es sobre el guey que sólo está enamorado ante la ausencia de su pareja, y así le manda mensajes, le escribe cartas o mails y le dice que la quiere y honk honk honk. El problema –si es que es problema- es que cuando la tiene enfrente desaparecen la magia, las mariposas en el estómago, las ganas de abrazar y de besar y llega el tedio y a veces hasta el odio. Eso sí, todo pasa. Como dicen Los Rodríguez o Calamaro o en realidad Ariel: después me subo a tu coche / y dejo pasar la vida.

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